Por
estas fechas hace un año, República Democrática de Congo estaba al borde de la
guerra civil. Pasada la fecha límite para convocar las elecciones
presidenciales en el plazo establecido, la oposición se organizaba para sacar a
la gente a las calles y echar por la fuerza a Joseph Kabila, cuya nula
predisposición para respetar el mandato constitucional de abandonar el poder en
el plazo correspondiente estaba ya más que confirmada. El Gobierno reprimía con
dureza la disidencia en las calles y se estaban produciendo asesinatos que
anticipaban una más que probable masacre. En este contexto, la Conferencia
Episcopal de República Democrática de Congo participaba para conseguir un
acuerdo pacífico que permitiera una salida pacífica del Gobierno y la
convocatoria de elecciones. Finalmente, el Acuerdo de San Silvestre, auspiciado
por la Iglesia congoleña y aceptado por una buena parte de la oposición y el
Gobierno, logró calmar los ánimos en base a un plan de un año de transición en
el que Kabila seguiría gobernando en paz pero comprometido a convocar nuevas
elecciones sin presentarse como candidato. Pues bien, octubre llegó y el plazo
de 90 días que marca la Constitución para convocar comicios antes del fin del
término presidencial ha sido de nuevo quebrantado.
Para contar cómo está la
situación y compartir la visión de la Iglesia, el congoleño Robert Minani ha
mantenido un encuentro con varios medios, entre ellos Mundo
Negro, en la sede de la Fundación Entreculturas.
Minani coordina el sector social de los jesuitas en África…